¿Sabes tomar la temperatura de tu bebé?
Una pregunta muy frecuente en la consulta que tengo con los papás de mis pacientes es -¿Su hijo ha tenido fiebre? – algunos contestan que sí,
refieren que lo han sentido “irritado” o “calientito”,
la verdad es que eso no es de mucha ayuda.
Por supuesto uno interpreta que tiene fiebre.
Algunos otros son más específicos y refieren valores de temperatura que tomaron con un termómetro.
Fiebre es la temperatura de 38°C (centígrados) o mayor.
- Los valores entre los 37.5-37.9 °C le denominamos febrícula (casi fiebre) o fiebre pequeña, estos valores preceden a la fiebre por supuesto.
- Todo valor por debajo de estas cifras se considera normal. (obvio no menos de 36°C donde ya estaríamos hablando de hipotermia).
- El valor de la temperatura es de suma importancia, también su frecuencia, la duración y si es posible controlarla con facilidad.
¿Qué recomiendo?
Existen diversos tipos de termómetros: Los clásicos de cristal con mercurio (tradicionales, old school), los eléctricos de baterías/analógicos y los de tecnología infrarroja (piel, oídos).
Por supuesto que todos son útiles según la experiencia de cada quien.
Por favor te pido que conozcas un poco de cada uno, elijas uno y pruebes.
Muchas de las cosas que tienen que ver con los niños son así, prueba y error,
lo importante es que las pruebas las hagas mientras tu hijo(a) está sano, puedes empezar probándolo contigo mismo y después con tu pequeño,
si definitivamente crees que hiciste una mala elección prueba con otro.
Debes estar preparado para el momento de la verdad.
Tal vez la siguiente información te ayude con tu primera elección.
Termómetros
Los primeros.
Los clásicos termómetros de mercurio aun cuando son el estándar de oro para la medición correcta de la temperatura y son muy económicos, no son fáciles de leer para muchas personas.
Pueden romperse con peligrosa dispersión del mercurio (metal tóxico) en superficies o en el cuerpo.
Actualmente ya existe una propuesta por los comités de bioseguridad y calidad de la atención que están tratando de retirarlos del uso clínico en ambientes hospitalarios.
Una desventaja de los termómetros viejitos es que requieren un tiempo mínimo de contacto con la piel o mucosa que se va utilizar: Boca, ano o axila.
Esto puede requerir en ciertas condiciones hasta 1 o 5 minutos según sea el caso.
Los termómetros digitales
- Son de baterías, son muy prácticos, bastante seguros,
- Simulan la forma de un termómetro mercurial y dan lecturas en corto tiempo en menos de 30 segundos.
- Son de fácil lectura y no requieren calibración.
De esta tecnología existen algunos muy novedosos que cuentan con un sensor oral tipo chupón y dan lecturas orales cuando así lo permiten los más pequeños.
Sus mediciones no son tan confiables pero esto se supera por qué podemos hacer fácilmente varias mediciones y así corroborarlas.
Es de mucha ayuda también el que cuenta con alarmas preventivas que timbran o centellean cuando el valor está por arriba de los 38°C.
Es posible en muchos de ellos hacer conversiones de grados centígrados a grados Fahrenheit y viceversa.
Especiales
Los termómetros de sensor infrarrojo pueden ser para contacto con la piel, casi siempre del rostro (la frente o las cienes) otros más son para lectura en la membrana timpánica es decir en el oído.
- Son rápidos, fáciles de leer y en mi opinión más imprecisos, pues requiere que no se nos mueva el paciente.
- En el caso de los termómetros para el oído no se recomienda su uso en niños menores de 5 años, por que el conducto del oído no es lo suficientemente amplio para que el aparato penetre y selle el conducto, mostrando valores anormales y menos confiables.
- Es posible hacer varias lecturas en forma rápida y sacar un promedio.
En mis inicios como pediatra, me gusto esta tecnología y la aplicaba con mis pacientes en la oficina.
El costo de estos dispositivos por supuesto es mayor que el de los digitales tradicionales.
Algunos más modernos como el que usamos en la oficina actualmente (2014) son los de luz infrarroja a distancia sin tocar al paciente,
- Requiere baterías especiales.
- Nos refleja lectura ultrarrápida en 5 segundos, sin contacto con el paciente (muy útil en pediatría) y
- Debe de usarse en áreas como la cabeza, el cuello o el abdomen.
- Su costo es alto y prácticamente hoy en día está destinado a áreas hospitalarias, pero es posible encontrarlos para uso en casa.
- La lectura es fácil, cuenta con alarmas, memoria y es posible medir la temperatura de superficies inanimadas, líquidos y hasta el ambiente.
- La confiabilidad de la lectura es intermedia y como puede darse lecturas muy rápidas, podemos hacer 3 ó 4 mediciones en menos de 30 segundos.
Aunque hay muchas opciones lo verdaderamente importante es tomar la temperatura lo más precisa posible.
Acostumbrarnos a utilizar el termómetro que hayamos elegido a tener en casa y volvernos diestros con él para que realmente nos resulte útil.
Si el termómetro cuenta con instructivos atender las sugerencias al pie de la letra y practicar la toma de la temperatura cuando nuestros hijos no se encuentran enfermos, pues cuando sospechamos o sentimos que los pequeños tienen fiebre, es complicado hacer las mediciones, el nerviosismo o la preocupación pueden hacer que lo hagamos de forma incorrecta.
Por favor no uses los termómetros para otros fines,
Tiempo atrás los termómetros era utilizados para la estimulación rectal en los más pequeños para hacerlos evacuar.
Esto puede ser peligroso y puedes lastimarle.
Tampoco es útil para la extracción de cuerpos extraños en el oído o medir líquidos como la bañera, alimentos o bebidas que se les brindan a los pequeños como caldos, sopas, té o leche.
Despreocúpate
Aprende a tomar la temperatura, es muy fácil. Recuerda 38 grados ya es fiebre.
Cuando tu pequeño tenga Fiebre es importante llevar un registro escrito, apuntalo en una libreta o en una hoja, la receta al reverso puede servir.
El registro será muy útil y de gran ayuda cuando tomemos decisiones en la consulta sobre los tratamientos que vamos a escoger.
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En consulta son muchos los papás de niños que vienen muy preocupados por que lo sintieron calientitos y no es nada, igual del otro lado, no midieron la temperatura, se confiaron y tardaron en atender al pequeño.